Foto: Plaza Alta (Algeciras)
S A N B A R T O L O M E 6 3. G E N T E

domingo, 10 de agosto de 2008

ENTREVISTA A ANDRÉS AVELINO. Por Luiyi

-¿Cuántos vas a comprar?
-Media docena, ¡para los tres...!.
Mejor compra una docena ¿o es que no conoces a Andrés?
Efectivamente, cuando llegamos, dice el curita:
A.- ¡Hombre pasteles! Pues vienen estupendo porque hay unos jóvenes ahí que llevan el tema de inmigrantes y eso y se despiden hoy así que les va a venir estupendo. Trae.
Nos llevó a la especie de alberge de inmigrantes que tiene en el patio y allí se quedaron los pasteles. Yo ni siquiera llegué a verlos. Y me dije: este es mi Andrés.

Entrevista a Andrés Avelino González Pérez.
Nacido en Burgos, hijo de Guardia Civil y maestra, con seis hermanos, recorrió media España, de destino en destino. Sus hermanos Carmelo, Antonio y él entraron en San Bartolomé y sólo él, por los pelos, terminó de cura.
Sanbartolome60.- Hablando de entrevista, me he enterado que el Ayuntamiento te va a dar un premio o algo así.
Andrés.- Sí, me va a dar la Palma de Oro y yo tengo más apuros que la leche. No me gustan estas cosas pero me han dicho que a esto voy a tener que ir porque, si no, sería un desprecio.
SB.- A ti y a dos más ¿no?
A.- Sí, somos tres los premiados: una cantante, un relojero y un curilla. Ese rollo ya me gusta más.
SB.- Háblanos un poco del seminario ¿en qué año entraste?
A.- ¡uy! No sé. Yo soy muy malo para las fechas.
SB.- Bueno dime quienes eran los de tu curso.
A.- Cuando entró Luis Suárez, pues yo un año antes. Y Nono Zambrano también entró un año después, pero no me preguntes las fechas, tío.
SB.- ¿Cuándo terminaste? ¿te importa contarnos tu historia?
A.- Cuando terminé los estudios, en Salamanca, por entrar con un grupito en eso del mundo obrero, me tuvieron tres años sin ordenarme, porque eso del mundo obrero no lo veían claro. A los tres años me ordenaron de diacono y me hablaron del celibato y todo eso y yo le dije a Añoveros que para siempre yo no quería, que quería libertad para estar con la gente. Me vine para el Campo de Gibraltar, con Antonio Moreno Soto, Guilermo…
Lo pasamos mal porque no queríamos depender de nuestros padres.

Hubo una reunión en Pastores con el Obispo Antonio Añoveros y me dijeron que éste quería verme para conocer mi historia y preguntarme qué quería hacer yo.
-Yo quiero ser cura del mundo del trabajo, que si yo servía para algo era para eso. Que parroquia ya había tenido desde chiquitito que mi madre me apuntaba a Cáritas y que yo había descubierto que tenía que estar en medio de la gente, como uno más.
Al final. Añoveros dijo: -Bueno, veo que eres buena gente y te voy a ordenar pero con una condición, tienes que estar un mes en La Palma.

Al final me ordenaron de cura (1970 –nota del entrevistador).
El tiempo que estuve en la Palma, estaba yo despistadísimo. Lo que hacía era ayudar a este tío en la eucaristía y en la predicación y después me buscó un grupo de mujeres que para mi fue… Al principio fueron siete y a las dos semanas eran más de 40 y me asusté y yo no servia para esas cosas.
Sebastián empezó a conocerme y me dijo: mira, tú ponte a trabajar y cuando venga el obispo, ya hablaremos.
Empecé en la construcción, en Puntaeuropa, haciendo un chalet de los Cervera. Lo primero que aprendí es que los temas de conversación de los currantes iban por otros derroteros de lo que estábamos acostumbrados. Me acuerdo que presencié una disputa ente dos compañeros. Uno decía que era mejor follar por delante y otro que era mejor por detrás. Éste último defendía que, por detrás, penetraba un centímetro más que el otro lo que multiplicado por todas las veces que lo había hecho, pues habría follado un kilómetros más. Yo alucinaba y pensé que de poco me iban a servir los latines allí.
Ya después, por razones que todos sabemos, tuvimos problemas en aquellos tiempos del cuplé. Los problemas clásicos que teníamos cuando te enfrentabas, pues un cura, tío raro, que se metía a trabajar de obrero y que conectaba con la gente, pues era sospechoso…
Terminó aquel trabajo con Puntaeuropa y me busque un enchufe para trabajar en una fábrica pero se pasó por allí la policía y les dijo que yo era peligroso y todas esas historias y me rechazaron: entonces me di cuenta que en tierra era ya imposible.
A esto me encontré con Pepe Lloret que era de la Joc, que estaba haciendo una encuesta con un grupito de progres. Así que pensé que era de los míos y le expliqué que yo era cura y que en tierra no me dejaban trabajar. Él me había explicado que era patrón de motores de un barco de pesca.
-¿Y qué tengo que hacer para entrar?
Me lo explicó, hice los cursillos –no espirituales sino de barco de pesca- y me presentó al mes al patrón como un amigo. Embarqué y estuvimos dos años juntos.
SB.- ¿Te mareabas al principio?
A.- Como un pato mareado iba. Además tienes que aprender a andar en un barco, cogiendo las cajas…; pero te vas acostumbrando. Nunca me he acostumbrado del todo porque yo siempre he sido muy de tierra.
Estuve en total seis años sin que supieran que era cura. El Pepe lo tenía muy callado.
Me sucedió una cosa muy chula. Un día llegamos a ranchar al barco y nos dice el patrón:
-Muchachos, hoy no salimos a la mar porque he visto un pájaro negro.
Resulta que el pájaro negro era el padre Sebastián que había estado en el puerto comprando para el comedor. Yo me dije “si supieras que llevas otro pájaro en el mismo barco!”
Después me declaré de la manera más tonta. Me pidió Vicente Peña que le dijera una misa con la mala suerte, o la buena suerte, o lo que fuera, que era una misa de difunto y el muerto era un señor de la mar. A las doce de la noche, embarcando, un compañero, el Palito, me dice:
- Andrés, ¿sabes lo que están diciendo en la lonja? ¡Que tú eres cura! Y yo les he dicho que si Andrés y es cura yo soy papa.
- Pues mira, te vas a joder porque tú no eres papa, pero yo sí soy cura.
Y así empecé ya a que me conociera la gente.
Y entonces fue cuando me encontré con Pepe Arana, que venía del Hispano, en Madrid que había estado en Latinoamérica y me lo encontré cuando iba a ranchar y él salía del Carmen.
No se entendía con Cruceira quien le decía que era muy joven y me propuso irnos los dos a Pescadores que se quedaba libre. Tras pensarlo en un viaje a la mar, le dije que sí con la condición de no dejar el trabajo y que él se encargara de la parroquia (él trabajaba en Aucona). Aquellos fueron unos años bonitos con lo de la cooperativa de punto y eso hasta que un día me dice el Pepillo:
-Andrés que me he enamorado de Pepi y que me caso.
Por aquellos tiempos fui a tu campo que estabas empezando a hacer una casa para la comuna y sólo había un boquete enorme en el suelo con hierros y cemento y tú decías que era la bodega de la casa.
Así que se casó en Castellar con el Botita y yo en la ceremonia; y el Tellez.






El caso es que tuve que dedicarme algo más a la parroquia y me dije:
Esto es una jodienda porque yo nunca he sido cura de parroquia ni he sabido serlo, ni lo sé todavía, pero en fin…
Entonces se vino a la parroquia Ramón Pérez Perea que venía de la Atunara y lo estaba pasando mal por culpa de la policía.
Pero no nos entendimos.
En la parroquia surgió USO, aquí surgió un montón de tingladillos de izquierda, se formó una célula comunista con nuestra vietnamita y se tiraba la propaganda por la noche, que me acuerdo que un día, detrás del Florida me sacó la policía del coche de Pepe Lloret y me dieron una paliza tremenda con las porras en la cabeza que estuve un mes medio tonto –el niño de Pepe gritaba: no pegarle que es muy bueno…- y me retuvieron tres días en comisaría, en interrogatorio para ver si me podían sacar algo y me encarcelaron pero estuve sólo un día a la sombra porque alguien pagó la fianza (yo sospecho quién es). Así estaba el nido pero cuando volví de pescar un día, me encuentro que Ramón había echado fuera a todos los grupos y había dejado sólo al MC.

SB.- ¿Fue entonces que vine yo a la parroquia y una señora mayor me abrió un resquicio de la puerta (puerta que antes siempre estaba abierta) y me dijo que don Ramón estaba ocupado y me dio con la puerta en las narices?
A.- Es posible. La gente empezó a notar el cambio. Estuvimos charlando varios días y al final le dije que él o yo. Y el obispo dijo que yo

SB.- ¿Allí en el seminario, quiénes eran tus más allegados?
A.- Al principio me guió mucho Luis Suárez, me agarré a él y lo pasamos en grande diseñando los chistes de Mortadela y Filemón y eso y después empecé a contactar con Nono Zambrano, Guillermo Mendoza, Pepe Barjas y Manolo de la Torre. Después hice también mucha amistad con Martín Varo, Juan, que le daba la cosa por la mística de meterse en un convento. Estaba también mi hermano Antoñito con el grupito.
SB.- Qué se te ha quedado en el tintero en tu vida?
A.- Yo no sé. Yo no soy así de mucha ambición de hacer o no hacer. Me he ido dejando sorprender. Lo pasé muy mal en el seminario pero a causa del Terrícola.
SB.- ¿Terrícola?
A.- Sí. El padre espiritual que fue el que me echó del seminario. Yo llamé a mi familia y a mi cura:
- Mire usted, que me voy del seminario, que me dice el padre espiritual que yo no sirvo para cura.
Al soltar el teléfono me tropecé con el padre Almandoz, que entraba por la puerta de la calle, que fue de esas providencias del ángel celestial que me tocó. Me dirigí a él –me dio esa picada- y le dije:
-Mire, que me ha echado el padre espiritual, así que me voy.
-¿Cómo es eso? ¿Por qué no subimos a la azotea?
Estuvimos toda la mañana charlando dando vueltas en la azotea. Recuerdo que cuando bajaba por las escaleras, me pregunté: Bueno y ¿por qué me tengo que ir yo? Así que llamé otra vez a mi familia y a mi cura para comunicar que ya no me iba; ellos creían que me había vuelto majara.
También lo pasé mal con los latinajos. El del latín también me echo del seminario. El del labio…
SB.- ¿El padre Macías?
A.- El padre Macías, sí, me tenía enfilado y me mandaba hacer traducciones. Yo le decía a mi hermano Antoñito: házmela pero no muy bien, un poco regular para que no se note y sacaba un cinco o un seis. Después filosofía fue fabuloso y en Salamanca empezamos a despertar.
Castro ha sido el que me ha marcado un montón, y Troya y después, el padre Almandoz

SB.- ¿Te gusta el blog?
A.- Yo lo que veo es que se pone la gente muy seria en el blog, unos rollos con esa trascendencia que me parece que estoy yo todavía escuchando a aquella gente en el seminario, al otro y al otro, joder, yo digo; ¿esta gente sigue siendo así o han crecido?
Yo creo que la vida es más relativa y más bonita y más espontánea. Yo es que me lo leo, y digo, voy a tener la paciencia de leérmelo… esas poesías en plan del siglo dieciocho y parece que me estoy viendo en seminario escuchando las tesis que decía los tomistas contra los salesianos. Yo creo que es mejor cosas más cachondas… en el buen sentido de la palabra…
SB.- De uno a diez; valora lo que supone para ti reunirte en el seminario con los antiguos colegas (co-legere).
A.- El seminario a mí no me dice nada. Aquellos rincones ya no me dicen nada. Pero reunirme con todos ellos, cien por cien.

Ha sido una ardua tarea transcribir la entrevista entresacando de la grabadora la voz de Andrés de entre las incontables voces que sonaban al mismo tiempo saludándole, preguntándole, avisándole: Andrés que hace un rato que fueron las ocho y la gente está esperando para la misa…

Luiyi

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me ha parecido muy interesante, muy humana que revela a un hombre con mucha fe que la lleva a la vida de una forma sencilla. Es un verdadero testimonio cristiano que los demas perciben por los hechos.

En otro orden de cosa estoy de acuerdo con Andrés Avelino respecto a que el blog está muy serio, con articulos profundos, etc. quizas le falte algo de frescura,jovialidad, espontaneidad, pero tambien entiendo que deber ser un foro en el que cada uno se exprese libremente.

Saludos, Andrés